11 de mayo de 2015


Comúnmente conocida como violeta de Persia o violeta de los Alpes, se ha convertido en una de las plantas favoritas para tener en nuestro hogar por su floración abundante y su adaptación a la semisombra que le proporciona el interior de la casa.

En Europa, su momento de floración es otoño – invierno, pero en países tropicales como el nuestro puede durar hasta 4 años floreciendo. Sin embargo es una planta que se agota en algún momento y es necesario dejar descansar el bulbo un par de meses para poderlo plantar nuevamente.

En este post compartiremos la manera como cuidamos los ciclámenes en Plantario para que sean esa compañía ideal que llena de alegría nuestros espacios.

Origen y usos: Como su nombre científico nos lo sugiere, esta planta es originaria de Persia, medio oriente, Turquía y Europa meridional. En la antigüedad era más conocida por sus usos medicinales que ornamentales, ya que sus hojas verdes trituradas actúan de manera eficaz en la curación de hinchazones, sin embargo su ingestión es tóxica debido a que sus tubérculos contienen Ciclamina; una sustancia que favorece la Hemolisis (desintegración de globulos rojos),  los vomitos, diarreas y malestar general.1

Morfología: El cyclamen persicum es una planta de bulbo, el cual suele ser grueso, oscuro, redondo y aplastado. La planta alcanza a medir hasta 30 cm y está formada por hojas acorazonadas redondas de color verde oscuro  que presentan manchas plateadas en diferentes diseños. Sus flores hermafroditas crecen de manera solitaria, estan formadas por cinco pétalos aterciopelados en una gama de color que va de blanco a rojo y tonos pastel.

Requerimientos

Trasplante: Tienes que tener en cuenta que  al momento de pasar tu ciclamen a una matera más amplia, la parte superior del bulbo debe quedar fuera del sustrato. Este secreto es clave, pues de enterrarlo completamente aumenta el riesgo a que se pudra.

Suelo: Requiere de un sustrato ligeramente acido (pH  entre 5.8 - 6.2),  bien drenado con el fin de evitar pudriciones y aparición de hongos en el  bulbo.  El sustrato que utilizamos en plantario se compone de:
  • En la base de la matera un poco de grava o rocas volcánicas.
  • Luego agregamos: 1 parte de tierra para jardinería, 1 parte de humus de lombriz,  1 parte de tierra acida, 1 ½  parte de turba de coco y 1 ½  de cascarillas de arroz.
Explicación: La tierra negra le servirá de soporte al ciclamen, el humus de lobriz le dará nutrientes esenciales, la tierra acida disminuirá un poco el pH del sustrato (ésta la podemos sustituir por corteza triturada de pino), la turba por su parte aportará nutrientes y  permitirá que la tierra no se compacte, finalmente  la cascarilla de arroz rubia contribuirá en la aireación y drenaje del sustrato.

Riego:El riego es el talón de Aquiles de esta planta, por lo tanto requiere mucha atención.  

Recomendamos que el suministro de agua se haga por capilaridad, es decir permitiendo que la tierra de la maceta absorba el agua desde un plato o vasija, éste debe ser  lo suficientemente amplio para poner una buena ración de agua y debe permanecer allí como tiempo máximo dos horas, pasado el tiempo se debe retirar. Por ningún motivo dejes agua en el plato.

Lo anterior porque  el bulbo del ciclamen, como ya lo mencionamos, es propenso a la pudrición y el ataque de hongos en el cuello de la planta. Si esta plantado en el exterior es diferente pues tiene una corriente de aire constante que seca la tierra de la superficie rápidamente, pero en casa tiende a conservarse mucho más la humedad del sustrato, lo cual resulta perjudicial.

No se debe exceder en la frecuencia de riego, antes de hacerlo  es conveniente cerciorarse de que la tierra esté seca.  La observación constante de tu planta será el mejor indicador; justo cuando sus hojas empiecen a languidecer es el momento de regar, veras que las hojas vuelven a subir y el ciclamen se verá vital. No permitas que se agache la planta completamente.

Temperatura y humedad ambiental: Entre 10°C- 21°C, soportando hasta  0°

La Humedad ideal es  media – alta, jamás la pongas cerca de  un foco de calor como una calefacción. Prefiere un lugar fresco y aireado.

Luz: Buena Luz pero no sol directo y mucho menos filtrado  a través del vidrio. Le caerá bien la cercanía a una ventana con orientación al norte o al sur.

Mantenimiento. Debes estar atento a las flores  y hojas que ya están empezando a marchitarse y quitarlas para que la planta no invierta energía en ellas sino en las flores que están por brotar.

Multiplicación: La reproducción se puede hacer por medio de semilla o volviendo a plantar el bulbo.
Hacerlo por medio de semilla es un proceso muy largo pero gratificante, ya que debes esperar  a ver la primera flor más o menos hasta después del tercer año.

En el caso del bulbo, cuando ya veamos a la planta muy agotada la podaremos a ras de suelo y pondremos la matera en un lugar oscuro, fresco y frío, dándole un riego  muy escaso y esporádico. Tres meses después tomamos el bulbo nuevamente y lo sembramos para que vuelva a renacer.

Plagas y enfermedades: Son varios los males que puede contraer esta planta, por eso hemos decidido hablar de ellos de manera más específica en nuestro próximo post.

Esperamos que esta información haya sido de ayuda. Gracias por leernos!



1  P. Font Quer: Plantas medicinales-El Dioscórides renovad. Editorial Labor,SA, Barcelona, 1980, p.524-526.

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