27 de mayo de 2013
¿Quién no ha oído hablar
de la sábila o Aloe Vera a lo largo de su vida? La usan en el champú, detrás de
la puerta de las casa para atrapar las malas energías, para quemaduras en la piel,
para mejorar la tos, etc. y es que la Sábila a mi modo de ver es una planta
poderosamente sanadora, sin embargo en este post no hablaré de dichas
cualidades sino de cómo poder tener esta planta sana y vigorosa dentro de
nuestro hogar o jardín.
La sábila hace parte del
grupo de plantas llamadas “Suculentas” que se caracterizan por tener hojas
gruesas en las cuales almacenan gran cantidad de agua, lo cual las hace muy
resistentes a la sequía. En su mayoría son originarias de algún lugar de la
tierra en donde las condiciones climáticas en cuanto a sequedad atmosférica son
extremas, estas características hacen que la sábila sea fácil de cultivar ya
que, a diferencia de otras plantas no requiere mucho cuidado, sin embargo su talón
de Aquiles es el exceso de agua asociada a la pudrición y el frio intenso que
quema sus hojas.
Requerimientos:
Suelo: La sábila necesita un sustrato con un ph
ligeramente alcalino, franco arenoso y muy bien drenado. La matera es otro factor importante, lo mejor es que sea de tiesto, pues el plástico mantiene mucha más humedad favoreciendo la pudrición de raíces y tallo, sin embargo lo más importante es
el sustrato. En plantario usamos la siguiente mezcla:
1.
En la base de la matera: Más o menos tres centímetros de grava en
el fondo del recipiente para asegurar el drenaje y la mezclamos con trocitos de
carbón vegetal para evitar la proliferación de hongos por humedad.
2.
Sustrato: mezclamos una parte de arena gruesa de río, 2 partes de tierra
negra, 1 parte de humus de lombriz, 1 parte
de cascarilla de arroz y ¼ de parte de trocitos de carbón vegetal.
Explicación: Es importante tener en
cuenta que la arena sea gruesa de lo contrario puede retener mucha agua y la
idea es que favorezca el drenaje. La tierra aportara nutrientes y soporte para
las raíces al igual que el humus de lombriz que es un gran abono orgánico. La
cascarilla de arroz permitirá que el sustrato no se compacte y que las raíces puedan respirar, finalmente los
trocitos de carbón evitarán la aparición de hongos y aumentarán el ph del
suelo.
Trasplante: El error más común al trasplantar la sábila a una nueva matera es
regarla inmediatamente, pues las heridas sufridas en el proceso no pueden
cicatrizar y tienden a pudrirse o a llenarse
de hongos, esto ocurre con la mayoría de plantas suculentas. En este orden de
ideas lo mejor es no regar la planta por lo menos durante dos semanas después
del trasplante, al respecto no hay que preocuparse pues las suculentas son
plantas que guardan gran cantidad de agua para su subsistencia y están
acostumbradas a largos periodos de sequía.
Riego: Normalmente el riego de la sábila se debe hacer cuando la tierra
esté completamente seca y haya permanecido así dos o tres días, sin embargo es
importante aprender a conocer la planta, por ejemplo si las hojas se tornan
marrones, quiere decir que se está regando demasiado, pero si al contrario se
adelgazan y se empiezan a arrugar quiere decir que el agua no es suficiente. En
época de lluvia los periodos entre riego y riego deben ser más largos.
Luz: El mejor sitio para la sábila es ubicarla cerca de una ventana con
orientación al norte o al sur, de tal manera que el sol no le pegue directamente
o que llegue máximo dos o tres horas diarias, de lo contrario la punta de sus
hojas se empezarán a secar y la planta tomará un color marrón. Si la plantamos
en jardín le favorecerá estar a la sombra de otra planta que la proteja del
frio, la lluvia y el sol directo.
Temperatura: El frío intenso es uno de los peores enemigos de esta planta, las
temperaturas bajo 5° ya de por si son riesgosas y bajo 0° son mortales, sin
embargo si la tenemos en casa esto no debe preocuparnos.
Multiplicación: la multiplicación normalmente se hace por división de hijuelos que
aparecen alrededor de la planta madre, para esto se debe esperar que los
retoños tengan un tamaño aproximado de diez centímetros. Al arrancarlos
ponerlos en un sustrato seco y dejar que sus heridas cicatrices por dos semanas
antes de regarlos.
Es conveniente hacer esta
separación de hijos para evitar que la planta se contamine de alguna plaga.
Plagas: Es extraño el ataque de plagas a la Sábila sin embargo es importante
que estés observando constantemente tus plantas, pues a veces aparecen pulgones
o cochinillas, estos pueden ser tratados con algún insecticida natural a base
de ají, tabaco o ajo, agua jabonosa, maceración de ortiga, etc. Pronto
publicaré un post con algunas recetas caseras para control de plagas.
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